Se acerca China a los 600 millones de usuarios de Internet.

La cifra de usuarios de Internet en China es de 564 millones de personas, la mayor del mundo y un 10 por ciento más que en 2011, informaron las autoridades del país asiático, célebre también por su férrea censura.

De esta forma, la tasa de penetración de Internet es del 42.1 por ciento, respecto al 38.3 por ciento de 2011, según datos del Centro de Información de Redes de Internet de China (CINIC).
En 2012, alrededor de 64 millones de personas se sumaron al acceso a Internet, que en China está sobre todo extendido a través de las redes de telefonía con las que dispone el país, con unos 420 millones de usuarios a través de sus celulares.

Por otra parte, la cifra de blogueros y microblogueros uno de los pocos lugares donde la libertad de expresión es más amplia- ha crecido exponencialmente con 309 millones de usuarios, 58 millones más que en 2011.
China se consolida así como el país con el mayor número de usuarios de Internet del mundo, lugar que ocupa desde febrero de 2008, cuando arrebató este puesto a Estados Unidos.

Las previsiones indican que, para 2015, el gigante asiático tendrá 800 millones de internautas.
La progresión de blogueros y usuarios de Internet ha provocado que las autoridades chinas, que temen que la expansión del acceso a la información provoque críticas a la hegemonía del poder por parte del Partido Comunista de China (PCCh), aumenten el control y la censura en la red.

Así, las autoridades impusieron a finales de 2011 un registro obligatorio con datos reales a los usuarios que quieran abrir blogs.
De esta forma, las autoridades chinas podrán controlar buena parte de las personas que participen en los microblogs (sobre todo el popular Weibo, que emula al estadunidense Twitter), donde se producen verdaderos debates y comentarios sin censura sobre la actualidad en el país asiático, desde los escándalos de corrupción oficial a los desastres medioambientales.

Pese a las restricciones impuestas por el gobierno y la censura, los blogs son el mayor espacio de libertad de expresión en el país, al permitir informar de forma instantánea sobre manifestaciones o revueltas, antes de que los censores actúen.
Todo ello pese a que el gobierno chino emplea a unos 30 mil ciberpolicías que se encargan de prohibir el acceso a páginas que hablan sobre temas como los incidentes de Tiananmen o la secta Falungong, además de utilizar sofisticados sistemas informáticos para limitar el acceso de la población a información sensible publicada por páginas web extranjeras.