30 de enero de 2012

Apple paga sólo un 2.5% de impuestos fuera de Estados Unidos.



Por todos es sabido que las empresas buscan siempre la mejor forma posible de pagar pocos impuestos, sobre todo cuando trabajan a nivel mundial y pueden permitirse acogerse a lalegislación del país que más les convenga. En Europa, Apple lo tiene muy claro: Irlanda es su país amigo. Y no es por el gran número de estadounidenses con ascendencia irlandesa, sino porque gracias a estos la compañía paga tan solo un 2.5% de impuestos sobre beneficios.

En España, por ejemplo, las empresas pagan un total de impuestos mucho más alto. El periódico El País afirmaba hace unos meses que las compañías españolas asumían unos impuestos de “solo” el 10%, aunque un brillante artículo de El Blog Salmón desmentía estos datos, aclarando que la cifra sobrepasa el 20%.

Con tales números podemos ver la clara diferencia entre la compañía norteamericana y las españolas. Apple aprovecha la baja tributación irlandesa para facturar desde ahí el 99% de las ventas que realiza en España. Teniendo en cuenta la ingente cantidad de operaciones y dinero que éstas mueven, podemos hacernos una idea de la ventaja competitiva que supone la diferencia en el porcentaje de impuestos sobre beneficios.

Apple se beneficia además de algunos “descuentos” en otros países como Brasil, donde recientemente Foxconn ha obtenido una reducción del 95% sobre productos industrializados. Eso sí, Apple tendrá que fabricar la mayoría de componentes en el país y destinar un 4% de su facturación neta a investigación y desarrollo en el mismo país.

Como podemos ver, la compañía se las ingenia bien para seguir haciendo buenos números, aunque no es la única. Google o Microsoft siguen también este sistema, ya que ambas facturan desde Irlanda de la misma forma, aunque no en el mismo porcentaje total. Microsoft, además, usa como canal de ventas países como Puerto Rico o Singapur.

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